jueves, 4 de junio de 2009

A M A Z O N A S

Toda la anécdota de las amazonas pertenece a la leyenda clásica. Y no son, desde luego, anécdotas históricas. Las amazonas eran mujeres guerreros. Su nombre significa etimológicamente "sin pecho", no porque no lo tuvieran, sino que para evitar que le impidiera llevar el arco colgado, se cortaban el pecho izquierdo.
Y es curioso que, en la leyenda griega, siempre que las amazonas luchan con los hombres acaban vencidas.
Hipólita, reina de las amazonas no perdonaron este sentimentalismo de su reina y se lanzaron al ataque contra Atenas. Hipólita huyó entonces de Teseo y se puso al frente de sus guerreros mujeres. Una flecha le atravesó el costado y murió en el campo de batalla. Y las amazonas muerta su reina, huyeron en desbandada.
Teseo, a pesar de que Hipólita le había traicionado, inmortalizó su belleza en un monumento que le erigió en Atenas.
La mas bella anécdota legendaria de las amazonas es la que refiere la muerte de su otra reina Pentesilea luchó contra los griegos en la guerra de Troya, a favor de los troyanos. Prometió a Príamo, rey de Troya, que daría muerte a Aquiles y marchó al encuentro de los griegos al frente de un grupo de sus amazonas.
En la primera batalla, abatió siete héroes griegos sin ninguna baja en su ejercito de mujeres. Aquiles supo que una mujer combatía con los troyanos, se armó de todas sus armas y fue al encuentro de aquella mujer al parecer invencible y le gritó:
-¡Mujer! ¿Quien eres que te atreves a luchar contra nosotros? ¿Acaso la locura se alberga en tu cabeza? Ha sonado tu última hora y tu cuerpo servirá de pasto a nuestros perros.
Arremetió contra ella, le arrojo la lanza y el hierro le atravesó el pecho. Pentesilea, a pesar de la herida, consiguió mantenerse a caballo. Aquiles le arrojó otra lanza que atravesó el caballo y la amazona. Pentiselea cayó a tierra, exánime.
Aquiles se acerco a su víctima, le arranco la lanza y le quitó el casco. Y entonces al verle al rostro, quedó deslumbrado por su belleza. Y se quedó motando la guardia junto al cadáver, para evitar que otro de sus guerreros lo profanara.. No lo abandonó hasta que los troyanos lo reclamaron y según la anécdota legendaria, cuando los troyanos se llevaron el cuerpo muerto de Pentiselea, Aquiles tenía los ojos llenos de lágrimas. Y según la leyenda, no pudo olvidarla jamás.

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